Anselmo Domínguez | Martes, 12 Febrero 2013 | EL CABILDO.ORG
En unos días, la fiesta grande de nuestra ciudad volverá a tomar las calles y si hay una calle cofrade por definición, ésta no puede ser otra que calle Larios, arteria del recorrido oficial y lugar de paso obligado. Si echamos la vista atrás, es obvio que la Semana Santa es más antigua que la calle y que nuestra ciudad ha ido cambiando su pasaje urbano. En este contexto de recrearnos en semanas santas pretéritas, podemos llegar hasta el punto de la primera hermandad que inauguró de forma cofrade la calle del Marqués de Larios...Fue la de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, una de las más pujantes en las últimas décadas del siglo XIX, la que el 2 de abril de 1890, pisaba por vez primera nuestra calle Larios. Seguro que su hermano mayor Federico Fita y los numerosos hermanos que componían la hermandad (más de 500 en 1894) no imaginaban la trascendencia de aquel paso. Más de un año y cuatro meses antes de su inauguración oficial pasaba por calle Larios el modesto trono realizado en Sevilla (que costó 2.000 pesetas) en 1880 en el que presidía la efigie del Señor, azotado por dos 'judíos'.
El recorrido que siguió la procesión ese año fue, según recoge la Unión Mercantil: Especerías, Nueva, Puerta del Mar, Pescadería, Martínez, Alameda, Marqués de Larios, Granada, plaza de Riego, Alamos, Torrijos, Puerta Nueva, Compañía, Plaza de la Constitución, Especería, Carnecería, y San Juan. Salió poco antes de las ocho de la tarde, coincidiendo con el final de la interpretación del Miserere de Ocón en la Catedral y provocando cierto despiste en el público al discurrir por Especería y Nueva para llegar a Puerta del Mar, en lugar de San Juan, según figuraba en el itinerario previsto.
[…]Salió esta poco antes de las ocho, y en vez del itinerario prefijado, tomó por la calla Especerías, bajando por la calle Nueva, que no figuraba en él, no pasando por la calle de San Juan, donde esperaba apiñada multitud.[…]
Abría la marcha un piquete de caballería de la Guardia Civil, seguía la banda de música de los niños de San Bartolomé y venían con cirios más de cien individuos de la Hermandad, precediendo a la efigie de Azotes y Columna, brillantemente iluminada y escoltada por fuerza armada de la Guardia Civil. Individuos de marina y artilleros llevaban también cirios y el palio era conducido por seis guardias civiles. Cerrando la marcha, la banda y piquete de Borbón y la Guardia Municipal a caballo.
No faltaban las promesas tras el trono, como se hiciera eco la prensa: "[…] Detrás de la imagen de Jesús de Azotes y Columna, iba anteanoche una señora, llevando una vela encendida, a usanza de las antiguas penitentes. Según el público se dijo, tratábase del cumplimiento de una promesa, hecha cuando la pasada epidemia dejóse sentir en Málaga [..]"
A las once de la noche finalizó la procesión, en la que salvo un pequeño altercado en la plaza de la Constitución en la que parte del público que se descubría al paso de la procesión increpó a unos individuos que no lo hicieron (con el pretexto del mal tiempo), la procesión discurrió sin incidente alguno durante todo el trayecto.
Al año siguiente ya volvió a pasar estando terminadas las obras (aunque no inaugurada) destacando la prensa las numerosas personas que se congregaron en la calle Larios así como el encendido de bengalas durante el paso de la comitiva. En 1894 estrenó túnicas de color rojo y peto blanco con el escudo de la Hermandad y capirote […] al igual que usan las cofradías de Sevilla [..]
A partir de ese año de 1890, comenzó a ser lugar de paso 'obligado'`para las cofradías y de hecho es el único que ha perdurado como tal a través de los años, puesto que otros como la alameda llegaron más tarde y se perdieron sitios de paso tan populares como la Plaza de Riego (de la Merced).
