ALEJANDRA GUILLÉN. LA OPINIÓN DE MÁLAGA.
La tragedia sobrevino la madrugada del 21 de julio de 1980. La capilla del Santísimo Cristo de la Exaltación en la Iglesia de San Juan quedó prácticamente calcinada por un incendio fortuito. Sólo pudieron salvarse dos tondos (esculturas en relieve enmarcadas en un óvalo), realizados en madera en el siglo XVIII. De gran valor artístico, son uno de los pocos ejemplos que aún perviven de la producción escultórica dieciochesca en nuestra capital.
La cofradía de Fusionadas y un hermano de la misma han decidido recuperar estas dos piezas, para lo que han encargado la restauración del conjunto artístico al restaurador malagueño Francisco Javier Gómez. Por imposible que parezca, a los dos tondos, que han permanecido treinta años guardados en la parroquia de San Juan, se les devolverá su esplendor original gracias a las novedosas técnicas de la restauración actual. Una vez recuperados, los dos relieves se colocarán nuevamente en la capilla.
Según explica Gómez, el incendio afectó de forma muy directa al tondo que representa los porteadores que transportan un racimo de vid de la Tierra Prometida, incluso llegó a caer al suelo, mientras que la pieza Sacrificio de Isaac «no sufrió el efecto directo de las llamas, pero sí el llamado efecto horno».
Por tanto, estas dos esculturas esculpidas en madera de conífera, de las que se baraja la hipótesis de que respondan a un programa iconográfico sobre la Eucaristía, están dañadas y ennegrecidas por los efectos del fuego y el humo. Hollín, polvo, barnices craquelados y desvirtuados, ampollas en la policromía y el dorado del marco, pérdidas de pintura en general, maderas agrietadas, ensambles dañados y «leves ataques» de xilófagos son las consecuencias del devastador incendio.
El que está en peor estado (porteadores), comenta el restaurador, presenta un pequeño grado de carbonización y sólo se conserva un 10 por ciento del marco, aunque esto no representará un problema. Gómez afirma que se puede hacer una réplica, porque es igual al del Sacrificio de Isaac, pero con la decoración invertida.
«Pese a su mal estado y su difícil recuperación a simple vista, algunas de las esculturas de este tondo conservan un 90 por ciento del volumen escultórico y un porcentaje importante del estuco original, por lo que el volumen está definido», detalla el experto.
La estrategia restauradora prevé recuperar primero el que está mejor, para tener la guía de los colores que el autor utilizó para la policromía. Entre las actuaciones más inminentes está la preconsolidación inmediata para evitar más pérdidas de sus elementos, tratamientos especiales para las partes quemadas, limpieza, tratamiento preventivo antifúngico de la madera, reintegración de los volúmenes perdidos, estucado, reintegración cromática y protección final.
